Hace unos cuantos veranos empecé a compartir mis navegaciones con todos vosotros. Llegaron las primeras tripulaciones y, desde el primer viaje, me puse al mando de los fogones por diversas razones. Organizar los menús de un velero, hacer la compra y cocinar en un espacio reducido, con una nevera minúscula y poca capacidad de almacenaje, no es una responsabilidad que pueda darse a alguien que carezca de experiencia en barcos. Si a todo ello le sumamos el vaivén de las olas, comprenderás por qué —aunque patronear el Narinan dé mucho trabajo— me decidiera además a hacerme cargo de su cocina. El resultado fue mucho mejor de lo que imaginaba. Mi experiencia de vida a bordo y, sobre todo, el deseo de que las tripulaciones disfrutaran al máximo de sus vacaciones, hicieron posible que, a pesar de no ser un gran cocinero, me pidierais el libro de recetas del barco.

Como sabes, en el Narinan valoramos mucho la independencia y la libertad. Si nos encontramos a gusto por las calas, rodeados de naturaleza, es una faena tener que ir a puerto solo porque falta comida. De manera que el recetario de a bordo está pensado y condicionado por lo siguiente: somos 6 ó 7 personas que navegaremos durante una semana; solo podemos realizar una compra, es decir, si falta algo será difícil conseguirlo por el camino; la nevera es más pequeña que la del minibar de una habitación de hotel; y nos gusta comer fresco y rico, con productos locales lo menos envasados posible.

El orden en el que aparecen las recetas corresponde al mismo en el que las cocinamos en el Narinan. Aunque hay cierta flexibilidad, lo que de verdad se impone en la cocina del día es el orden en que los ingredientes de cada plato podrían echarse a perder. Mi mayor esfuerzo ha consistido en encontrar platos sabrosos elaborados con ingredientes frescos que puedan conservarse hasta la última comida de cada viaje.

Espero que este libro te resulte útil si tienes un barco y realizas viajes parecidos a los del Narinan con tu familia y amigos, de varios días de duración y sin pasar por pueblos con supermercado. Pero si lo que te gustaría es probar la cocina de barco en tu casa, aquí encontrarás recetas muy sencillas, bastante rápidas y con ingredientes fáciles de conservar.

Sea donde sea, ojalá que te pase lo mismo que a bordo del Narinan: que todos os sentéis muy juntos, que corran el vino y las conversaciones maravillosas, que se pare el tiempo en cualquier atardecer.

Texto y recetas: Kenneth Perdigón

Fotografía: Coke Batrina

Diseño: Robbie Whitehead

Edición: Marga Font

Colaboraciones:

Prólogo: Vincenzo Angileri

Fotografía: Alba Yruela

Arte: Maria Prats, Blanca Miró Skoudy